miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA ÚLTIMA HOJA DEL CALENDARIO.


Ya casi arranqué la última hoja del calendario, y como cada fin de ciclo miro hacia atrás para ver la trayectoria que he tomado. Yo sola me río, pensando en que no cumplí ni una de mis metas marcadas, no alcancé mis sueños, sigo con mis vicios, con mis defectos y mi enorme pereza.... Sigo siendo Humana.
De los retales de mi persona he ido proyectando mi alma, anulando quien era, desterrándome a mi misma, sin miedo a perderme, hasta lograr Encontrarme.
Grite y vencí, caí y me levanté, y cada día lucho afrontando el arduo destino que Dios escogió para mi. De mis miedos pocos quedan, ya que los fui quemando a fuego lento, entre pasiones y desaliento, entre rugidos y lamentos, hasta transmutarlos en Amor.
Pocas hojas quedan de este manío calendario, como páginas de un libro ya leído, resabido, este año voy abandonando, con valor y confianza, con inquietud pero con atino.
En la ignominia del ser humano, en la hipocresía del cobarde, he distinguido la tiranía y el pavor al cambio, empujándonos al miedo, al desconsuelo, a la opresión del pueblo. El Poder es ilusorio, el dinero transitorio, y sólo un medio para esclavizarnos. No os tememos, no nos callamos, no teneis poder para dominarnos.
De los cuentos que escribo, los sueños que realizo, me quedo el suave sabor a las mieles de la creación de mi fecunda alma. Quizás no hallé la frase definitiva, ni alcancé la paz del alma mía, pero el amor que sembré con Amor se vio recompensado.
Justo cuando creí que mis batallas perdía, un leve resplandor en el horizonte me susurró que aun no está todo acabado.
La esperanza en la transmutación alquímica abandoné, y cuando pensé mis batallas perdidas, una sola voz me demostró cuan hermosa es mi raza, única, pionera, la encargada en traer los Cielos a la Tierra.
Quizás este año soñé poco, esperé menos, y aun así, la decepción volvió a derribar los muros que franquee contra mi misma. Saqué todos los monstruos de mi armario, rogué, amé y hasta supliqué; en ocasiones me vencí a mi misma asombrando al mundo, en otras la vergüenza y la derrota fueron mis escuderas. No me escondí tras escudo alguno, en mi defensa callé, pero empuñé la espada de la justicia por mi hermano. Perdoné el error, y el rencor se disipó de mis entrañas. Al vil en mi amor envolví, tejiendo velos que endulzaron las improntas. De todo me despojaron, y aun así mis riquezas verdaderas quedaron, quizás por que jamás fueron arrebatadas de mi alma, que a fuego impresas en mi ser quedaron.
Quien me quiso envolver en mentiras e hipocresía de mi camino he apartado.
Las hojas se están terminando, y mi anhelo no alcanzo, con Dios me enfadé al no comprender sus razones, y aún así, no nos hemos abandonado. Como un reloj de arena, que sus últimos granos están por pasar a través de la estrechez, o las últimas notas del sitar de una vieja leyenda de amores marcados, el último aliento de un desterrado, en el mundo de los sueños he vagado, hallando las respuestas que mi corazón había pronunciado, y cuestionándome dudas nuevas, ay, incansable corazón errante.
Piedras milenarias toqué, absorbiendo por cada poro de mi piel la historia de una civilización grandiosa, enorme, eterna.... Castillos y mazmorras pise con mi alma descalza, en busca del saber, del conocimiento, la comprensión y la calma.
Sigilosos son sus pasos, pero inevitable el encuentro de un nuevo año, este ciclo casi acabó, es el comienzo de uno nuevo, de esperanzas y retos, de miedos derrotados, de oscuridades alumbradas y de sueños realizados.
FELIZ COMIENZO DE CICLO. I.R.


martes, 24 de junio de 2014

RENACER.







En las antiguas culturas indioeuropeas se celebraban una serie de fiestas en las que se veneraban los cambios estacionales, y los acontecimientos naturales. El ser humano estaba en plena conexión con la naturaleza, la escuchaba, la veneraba, la cuidaba. Entendía que él pertenecía a la madre natura y no a la inversa, el materialismo y la necesidad de control estaban muy lejos aún en el alma del hombre. Dentro de estas fiestas había dos de cierta relevancia para los sacerdotes, los dos solsticios. En el solsticio de invierno, era cuando los dioses bajaban a la tierra para contactar con sus hijos, y el de verano donde la presencia elemental embriagaba a todo ser. Todo en la vida tiene alma, cada piedra, cada planta, los arroyos.... están plagados de espíritus que adoptaron como casa ese emplazamiento u objeto natural, a esta filosofía se le denomina con el nombre de animismo. Dotar de alma todo cuanto te rodea....

En el solsticio de verano se celebra el poder y fuerza de dios en todo su esplendor, es el día en el que las horas de luz son superiores a las de oscuridad, por lo cual es la época idónea para purificar la oscuridad inherente en nosotros.

El fuego purifica, consume todo lo nocivo en nosotros. Vamos proyectándolo hacia fuera transformando nuestro mundo cotidiano, Creer es Crear... y el agua.... el agua bautismal, el agua redentora, purificadora, transmisora de emociones, de energías, efluvio universal, dadora de vida.... Yin y Yang, fuego y agua, los dos conspiradores silenciosos de la creación. Los dos gemelos divinos.

Llevamos todos una racha acelerada, nos vemos en el centro de un huracán imaginario de desdichas, odios, envidias, miedos, inseguridades. Una soledad abismal está asomando por el límite de nuestra esencia. Una soledad tan aterradora que nos paraliza... pero realmente nunca estamos solos, porque Somos Uno.

Ante el fuego purificador quemamos nuestros miedos, el fuego, símbolo de combustión interna, es ímpetu y movimiento, elemento que arrasa con todo cuanto enferma, cuando bloquea o daña; nuestros vicios, nuestras quejas, purgamos nuestro espíritu de toda enfermedad del alma, arrancamos de nuestra piel todo un ciclo de oscuridad dando la bienvenida a la Luz ígnea de todo Ser. Por que todos somos Luz, sin excepción alguna. El agua, elemento transmutador, ha sido escogido por diversas culturas como el elemento de renacimiento (nacer de nuevo), numerosos ritos poseen como protagonista al líquido elemento, es inercia, fluidez, es envolver y adaptarse, comenzar de cero....

La Vida lleva tiempo pidiéndonos muerte y renacimiento. El camino que llevábamos nos alejaba de nuestra esencia, de quien verdaderamente y sin máscara alguna éramos, nos arrancaba la ilusión, la felicidad, el ansia de vivir. Llevamos años cubriendo vacíos existenciales a golpe de talonario. Guiándonos por las masas por temor a no ser aceptados en sociedad. Callando nuestras lágrimas por parecer débiles, nuestras risas por aparentar ser infantiles. Nuestros sueños por temor a ser juzgados por locos.... se acabó, esa etapa finalizó hace tiempo, la Vida nos ofrece la oportunidad de Ser, de Brillar con Luz propia, de matar a esos egos insidiosos que nos alejan de nuestra Esencia más pura y renacer como seres divinos que somos, exportar toda la sabiduría inherente en nuestra alma desde la eternidad.... por que somos ETERNOS, con todo el peso y significado que implica esta palabra, la Vida no tiene ni principio ni fin, simplemente Es.

En este solsticio, me despojo de las vestiduras mentales, de los roles precocinados, de las normas insidiosas que un grupo de seres, aterrados por cualquier forma de cambio, por perder el control, por el temor a dejar de existir han ido dictándonos. Me despojo de gobiernos creados para anular mi Ser, intentando crear identidades falsas en masas por el beneficio de un control ilusorio... Soy Eterna... De mis miedos me despojo, de mis debilidades y mis vicios. Me quito las vestiduras que me impone la sociedad, me desnudo en cuerpo y alma en esta fiesta de purificación. No recuerdo el Ayer, eso ya no existe, ese instante se consumió, no temo el Mañana, ese instante no existe, aún no llegó. Vivo el presente, en esencia pura, sin identidad, sin nombre, sin sexo o bandera. Y renazco de nuevo.... me adentro no sin cierta turbación en mi alma en la Vida, miraré todo como si jamás lo hubiese visto antes, lloraré en el amanecer al contemplar el maravilloso milagro de la creación, celebraré el milagro de la vida, pensaré menos en ella, y la sentiré más... Seré pura emoción en este nuevo ciclo, en esta Iniciación cósmica e interna. Permitiré que mi alma salga de mis vestiduras, y Seré Yo misma. Renaceré, tras matar todo cuanto me impedía Ser, RENACERÉ.

©I.R

domingo, 9 de febrero de 2014

La Danza del Universo.






  Todo en el Universo esta en contínuo movimiento, cada esfera, cada planeta, las nubes, el agua incluso se mueve en una danza eterna y constante, en deosil, en el sentido de las agujas del reloj. La danza de algunas vías espirituales pretende emular el movimiento cósmico, girando de forma circular y bailando en dirección de las agujas del reloj. En la magia wicca, cuando queremos que algo crezca en nuestras vidas bailamos en el mismo sentido del Universo, sin embargo, cuando precisamos que algo desaparezca de nuestras vidas, como una dolencia, un vicio, un miedo, entonces danzamos en el sentido contrario a las agujas del reloj o levógiro. Las tormentas danzan en sentido levógiro, es decir, en sentido contrario a la danza constructora y de crecimiento del Comos.
A veces olvidamos la importancia de conocer y comprender nuestra verdadera naturaleza, somos seres humanos, por ende somos seres físicos, nuestro ADN nos Une a la Madre Tierra, olvidamos nuestra esencia natural despojándonos de ella, renegando nuestra verdadera esencia. Todo cuanto ocurre en la sabia naturaleza es un reflejo de cada lucha interna que tenemos, y a la vez cada lucha que sucede en los más intrínseco de nuestro ser es un reflejo de cada conflicto que sucede en cada esfera, cada astro, cada planeta, cada esencia del Universo. Como es arriba es abajo, reza en el Hermetismo. Nada que nos es ajeno puede afectarnos, decía Budha.

En la wicca, todos sabemos que no precisamos de herramienta alguna que no pueda facilitarnos la propia Madre Naturaleza, incluidas las tormentas. Las tormentas se producen cuando dos masas de aire distintas se unen, causando lluvia, truenos, cambios bruscos atmosféricos, granizo.... Es la lucha de dos danzas, la creadora y la destructora.
Hay ocasiones que vivimos una situación que está derrumbándose, una relación, un trabajo, quizás es que debemos partir del sitio donde vivimos, alguna dolencia. La vida está intentando decirnos que está situación ya esta muerta en nuestras vidas, y no solo no nos aporta ya nada sino que nos estanca, nos arrastra a un bucle en el cual ya solo sufrimos. Lo que debemos hacer es como las tormentas, cambiar el sentido de nuestra Danza personal, romper con todo lo que nos estanca y comenzar una nueva danza. Dolerá, cualquier ruptura nos duele por nuestra naturaleza egoísta e infantil, tememos los cambios, creemos que cuando las cosas cambian estaremos perdidos, pero nada más lejos de la realidad, cada cambio de nuestra vida, cada vez que algo nos es arrebatado es para eliminar una situación que nos impedía fluir, que nos robaba nuestra danza interna, y nos alejaba del crecimiento. En ocasiones, para crear es preciso destruir. Usa la potente energía renovadora de las tormentas, reza por cada criatura del Comos, por cada planta, piedra o animal de nuestra amada tierra. Pídele a los espíritus naturales que te ayuden a aprovechar al máximo el poder destructivo y creador de las tormentas. Destruye todo cuanto te estanca, te enferma y hace sufrir, y comienza a crear una nueva etapa de crecimiento. Danza con las nubes, con las estrellas, con los vientos y los planetas en la época de renovación que nos tocó vivir en esta existencia.
No olvidemos que para comenzar un nuevo sendero, debemos abandonar el antiguo. Feliz Comienzo, Feliz Danza Cósmica.


I. R.

viernes, 20 de diciembre de 2013

NUEVOS HORIZONTES.

NUEVOS HORIZONTES

Casi sin darnos cuenta hemos nos ha alcanzado otro fin de ciclo, llegamos al final del año, y como siempre, es momento de evaluar nuestros pasos por esta etapa. Siempre recalco la importancia de valorar nuestros ciclos, la vida es un viaje iniciático cíclico, cuando acaba uno de estas etapas, es de vital relevancia hacer balance de lo que hemos sembrado, tanto en pensamientos, obra como omisión de ellos.
En este año, un época donde he tenido que convivir con mis propios límites he aprendido grandes lecciones, la primera es cuanto me queda aún por crecer, sin lugar a dudas.

Por fin aprendí a decir No, cuando están abusando de mi decir sin miedos ni parapetos, BASTA, cosa que nunca me atreví a decir, pero si a llorar cuando me despojaban hasta de mi propio aliento, ya cesé el llanto, pero alcé mi voz en mi defensa.
Entre tanta lágrima comencé a Amarme sin reservas, en lugar de amar al otro... me di a mi misma la oportunidad de conocerme, de escuchar mis necesidades reales, y no mis vanos caprichos. Comprendí que la generosidad son dos caras de una misma moneda, si ofrezco y no acepto recibir quedaré vacía, así que la hermosa Vida me ilustró que también debía pedir, y aceptar, y arrastrando la sombra de mi piel de animal aprendí a pedir ayuda, a tomar un hombro donde apoyarme en el duro proceso de aprendizaje que en ocasiones nos toca vivenciar, a decir : ayúdame, no puedo más, no soy ese ser indestructible e inalcanzable que intento mostrar.

Me enfadé con Dios sin motivo, y le amé sin mesura, incontrolable, inagotable, hasta que acepté mi propia naturaleza divina. Ardí desde el centro de mi Ser, para llegar a Ser Yo. Aceptando cada situación que me tocó en este ciclo.

En este periodo he muerto y retornado a la Vida inumerables veces, en cada muerte he ido arrancando las cadenas que atrapaban mi alma anclándome a la ignominia y me he liberado, me he liberado de miedos, de obstáculos, de prejuicios y limitaciones, y HOY CONFIO CIEGAMENTE EN EL DESIGNIO DIVINO.

Numerosas voces se han unido al unísono a salvarme de mis errores, sin contemplar quizás, que el error es sano, que lo elegimos en cada paso, acto, pensamiento o decisión que acometemos, que sin errores no podremos crecer, ya que nos negamos el precioso don del aprendizaje creyéndonos seres superiores; y que en cuestión de fallos, quien esté libre de pecado que lance la primera Piedra.

Me han juzgado y sentenciado, culpándome de sus conflictos más internos sin que yo haya participado en ningún momento de su creación, solo de sus consecuencias. Aún así acepto mi condena, siempre y cuando el otro acepte su responsabilidad.

A quienes ofrecí toda mi confianza, y mi Amor más puro y desinteresado les he visto pisarme y regodearse, tracionarme hasta lo más profundo de mi ser, sin rencores les digo desde lo más profundo de mi corazón, de mi ser esencial: ¡Ojala seáis felices, y que vuestra larga vida sea mi venganza!.

De tanto que acepté y comprendí me hice la más grande, la más poderosa, que no es otra cosa ser la más insignificante de todo cuanto nos rodea, en el mundo visible e invisible. Tomando desde la responsabilidad más intrínseca, a la pasividad más llana. Adoptando todas las formas y colores que crean nuestro maravilloso mundo tridimensional.

He roto cada esquema que erigía el templo de mi esencia, he recogido con lagrimas cada escombro, y con sangre y sudor he vuelto a plantar los cimientos de mi existencia, diciendo así adiós a una gran parte de mi persona.

He saboreado las hieles del fracaso, a la par que me emborraché en las mieles del triunfo soñado. He rechazado oportunidades únicas, porque no son mi deseo, he deseado oportunidades que no son mi destino, y entre deseo y rechazo, he vuelto a ser esa niña pequeña que corre con los brazos en alto en busca del consuelo y guía de su Padre.

En este año, me he visto luchando contra ejércitos en plena oscuridad, portando como única arma una rosa, y aún así he vencido. Pude conectar con miles de seres, siendo yo quien les atrapaba en amor, y evitando así mi descenso a los infiernos del hombre.

He sido testigo de mi propia metamorfosis, arrancando de mi propio ser hilos de seda con los que cubrí mi botón, desplegando mis amplias alas carente de miedos, transmutándome en una exótica mariposa dispuesta a cruzar océanos en nombre del Amor. Bordeando los nueve infiernos de Dante hallé el Amor más profundo e infinito.
En la crisálida de mi corazón secreto eclosioné hasta derribar con saña todo cuanto me separaba de mi misma, incluso de quien creía ser.

Rechacé creencias por su afán de poder y control, desprecié la fama, el dinero... abdiqué en el reino de los hombres, buscando la calma y la soledad de un alma en perfecta armonía.

Ahora que hago balance de esta etapa que está a punto de acabar en mi vida, y la cual no retornará jamás, puedo decir y digo, GRACIAS VIDA, POR AYUDARME A COMPRENDER TU GRANDEZA.


© ISABEL RÍOS. 

jueves, 14 de noviembre de 2013

DANZA ESPIRAL.









La danza espiral tiene el propósito de equilibrar los yin y yang internos, y de devolver al flujo energético al ritmo cósmico.

Es muy similar a la mecánica del yoga o el tai-chi, movimientos envolventes, que se entrelazan unos a otros, la idea es que calibres cada uno de los puntos energéticos de tu cuerpo para luego conectar con todo el cosmos y dejar fluir todas las energías de tu cuerpo para reajustarlas, calibrarlas y equilibrarlas. Esta danza sana y vigoriza. Solo pruébalo una vez y compruébalo. Siéntete cómoda, ágil, ámate, y déjate llevar y me cuentas.


Estira el cuerpo un poco, suave, cada musculo, el cuello unas vueltas suaves, mueve en círculos los hombros, la cintura, las caderas. Flexiona las rodillas, y mueve los tobillos, los pies, cada hueso, cada musculo.
Pon los pies uno junto al otro, hasta donde te sientas cómoda, las rodillas ligeramente flexionadas, buscando el equilibrio, apoya todo el pie empezando por el talón, toda la planta músculo a músculo, muy suave pero con firmeza, ahora posa los dedos uno a uno, siente cada movimiento, fija los pies al suelo. Estira todo tu cuerpo, comenzando por las pantorrillas y gemelos, los muslos, cintura pecho, hombros, brazos, manos, dedos. Lleva suavemente las manos hacia los hombros apoyando los dedos de cada mano sobre ellos. Eleva los brazos con las palmas hacia fuera y los pulgares e índices mirándose entre si como si quisieras sostener el cielo, y empuja, siente como proyectas todo tu energía en este gesto hacia arriba. Baja los brazos suavemente poniendo nuevamente las manos en los hombros, y dejalas caer de forma envolvente hacia los costados, repite 3 ó 4 veces.

Separa lo pies un poco, hasta que te sientas cómoda, sin olvidar plantar todo el pie desde el talón a los dedos. Rodillas ligeramente flexionadas y los brazos como penduleando en ambos costados.
Ahora levanta la mano derecha, mira hacia ella y con un movimiento amplio y circular llévala a tu lado   izquierdo elevándola sobre el hombro, apoya suavemente la palma de la mano derecha en el hombro izquierdo. Al hacerlo flexiona las rodillas un poco más. Visualiza como si estuvieras atrapando la energía que hay en el aire, energía vivificadora que te envuelve. Haz lo mismo con la otra mano. Repite 3 ó 4 veces de cada lado.

Ahora mueve el hombro derecho hacia fuera y hacia la derecha junto a la cadera derecha, haz un círculo completo, haz lo mismo con el hombro izquierdo hacia la izquierda, y la cadera, muy fluido, como si algo dentro de ti tirara hacia ese lado, como un hilo invisible, desplazas apenas unos centímetros el pie sobre la punta con el movimiento para regresar a su lugar. Al repetir proyecta el brazo con el movimiento en el sentido antes mencionado, que todo tu cuerpo se mueva simultáneamente. Déjate envolver por las energías, siéntelas, fluye. Las palmas deben mirar ambas al centro de tu cuerpo. Cada vez se alzan con más fluidez.

Separa la pierna derecha, con la punta del pie inclinada a la derecha a 45 grados de tu cuerpo, pon el pie poco a poco, desde el talón a la punta, afianzándolo, echa suavemente el peso sobre la pierna derecha, brazo extendido, mirando la punta de tus dedos, la palma siempre al centro de tu eje. Ahora siente como el lado izquierdo de tu cuerpo le sigue, aproxima el pie para ponerlo junto al derecho, suave, poco a poco, afianzando toda la planta.

Repite el movimiento hasta dar una vuelta entera, dejando que la melodía te lleve, exprésate, alza los brazos, mirate las manos, los hombros, fluye... danza... todo despacio y fluido siempre. 
I.R

viernes, 25 de octubre de 2013

Miedo, tengo miedo...







Hoy me siento morir, tengo miedo, un miedo atroz que me paraliza. Todo mi mundo se ha transformado en una tarea titánica, no se que hacer, que pensar o decir, no se hacia donde he de dirigirme. ¿Por qué me ocurre esto a mi? Si yo no me lo merezco....

En muchas ocasiones, más de las que nos gustaría reconocer, un miedo sempiterno, atronador, arraiga en lo más profundo de nuestra mente, este miedo nos arrasa y arrastra a noches en vela, a enfrentarnos a nuestros propios demonios, nos domina con tal fuerza que no nos vemos capaces de salir de sus garras. Cuando esto sucede, no hayamos forma humana de parar, de reconectar con nuestro equilibrio, pero, se nos ha pasado una pequeña cosa sin importancia... este miedo ha sido alimentado por nosotros mismos, y sólo nosotros podemos iluminarlo, nadie más.

La mayoría de las veces que se instaura este terror en nosotros, por ejemplo, oímos en nuestro entorno laboral que van a despedir a varios compañeros, y ya comienza el terror a asomar las orejas, comenzamos a temer que nos despidan, nos vemos sin poder comer, sin encontrar otro trabajo, perdiendo la casa por no haber podido pagarla, pueden pasar días, semanas o incluso meses y nosotros seguiremos alimentando este miedo, pero al final, nunca llega a cumplirse, y yo me pregunto... ¿por qué nos gusta tanto sufrir? ¿por qué este empeño que justificar nuestros miedos para seguir alimentándolos, aunque no sean reales?.

Para todo aquel se siga la vía espiritual, el miedo es lo contrario al amor, por ende a Dios, a la Luz, a la Paz, y para aquel que no sea un iniciado en los secretos del alma, el miedo está destruyéndole poco a poco, sin prisas, destroza su equilibrio, sus sistema nervioso central (que son los chakras) para al final empezar a destrozar sus órganos vitales arrastrándole a la enfermedad.

Cada uno de nosotros alimentamos nuestras emociones, con esa energía también vamos construyendo nuestra realidad más palpable, nuestras vidas cotidianas. Si analizamos objetivamente nuestras noches insomnes, si observamos desde el desapego nuestros pensamientos más oscuros, podremos comprobar lo irracionales que son. Se sincero, hazte esta pregunta: ¿ Si hoy hubiera una catástrofe y perdiera todo cuanto poseo, mi casa, mi familia, mis amigos, yo dejaría de existir mágicamente por la pérdida repentina de cuanto creo que es mio? Tómate tu tiempo, no me contestes ahora, reflexiona sobre esta cuestión desde la calma.

Para evitar que el miedo se apodere de nosotros, debemos aprender a mantenernos en nuestro lugar, nuestro centro de equilibrio y estabilidad personal.

Respira varias veces...
Céntrate en tu respiración, al inhalar el oxígeno entra por tus pulmones, entonces traspasa al flujo sanguíneo, recorriendo cada vena, cada poro, cada célula de tu ser....
Nada hay que te altere, ya que nada hay aparte de tu existencia...
Nada te agrede, ya que nada hay aparte de ti...
Si se instaura algún pensamiento en tu mente, no luches contra él, forma parte de ti, acéptalo y déjale partir...
Tú eres el único dueño de tu destino, por lo tanto, nada que no desees te sucederá...
Inspira suavemente mientras visualizas que de tu piel emanan partículas multicolores, brillantes...
Comienzan a rodearte haciendo un huevo protector...
Te sientes bien, en equilibrio...
Una sensación de paz se va instaurando en lo más profundo de tu corazón..
La sientes vibrar, tu corazón está henchido de Amor...
Sólo existe el Amor, el resto es imaginación...
Envuélvete de este Amor...

©I.R.

jueves, 26 de septiembre de 2013

EN LAS MANOS DE DIOS







Desde muy temprana edad mi conocimiento de Dios es muy personal, intrínseco a mi ser, es mi Padre, mi sustento, mi guía, mi luz en las noches oscuras, y mi jergón tras un largo día de trabajo.

Aprendí desde muy joven a delegar, a entregarle mis sufrimientos. Cuando una cuestión se me hacía insuperable por las circunstancias, inmediatamente pensaba en Él, le entregaba el problema, y podía continuar con mi vida. Sin que decir queda, que cada vez que expresaba este hecho en voz alta, las miradas condescendientes, las sonrisas irónicas, la sorna mal disimulada se hacía presente en las caras de los oyentes.

Cual es mi sorpresa, que lo que ayer causaba burla y pena, hoy es el canto del mundo. No hay una persona que me encuentre que no confiese entregar a Dios algún conflicto. Pero, ¿lo hacemos bien, hemos llegado a comprender la sutileza y sencillez divina, o seguimos enredándonos hasta la saciedad en los ecos de nuestros pensamientos?

Dios es Amor, es nuestro Padre y Creador, Dios Es. El ser humano fue creado para Amar, para Vivir y disfrutar de todas las creaciones tan hermosas que hizo nuestro Padre para nosotros, sus amados hijos.

Cuando éramos pequeños, y alguna prueba se nos resistía, íbamos corriendo a los brazos de nuestros padres buscando el consuelo y la solución, el perdón y absolución a nuestros “pecados”, y en ese momento, el problema dejaba de existir para nosotros, porque ya no era nuestro, sino de nuestros padres; se disolvía instantáneamente ante nuestra lánguida mirada infantil.

En el momento en el que decidimos en nuestro libre albítrio abandonarnos a Dios, entregarle nuestras preocupaciones, éste problema, ésta situación que nos aprisiona se disuelve, inmediatamente, irremediablemente. Ya no es “nuestro” problema, ya no existe, por lo tanto, ya no debemos pensar, ni actuar en consecuencia, simplemente dejarlo ir. Soltar.

Cuanto nos cuesta soltar... nos empecinamos en controlar lo incontrolable, la Vida.

Suelta, libérate, para eso nuestro Padre se encarga de todo, Dios nos conmina a Vivir, a ser y hacer felices, a que le entreguemos cada uno de nuestros miedos, nuestros sueños, deseos y lágrimas. Su único deseo es nuestra plenitud, crecimiento y felicidad incondicional. Ama, ríe, vive, vibra, danza.

Y cuando decidas dejar en manos divinas alguna situación que no podías controlar, déjala partir, échala de tu vida, ya que en ésta no tiene cabida, pero Dios seguro sabrá que hacer con ella.

©I.R